Viaje a Dublín (4, 5, 6 - Junio)
- Verónica B.
- 26 jun 2019
- 4 Min. de lectura
Al vivir en una de las islas de Gran Bretaña, mis amigos y yo siempre hemos tenido curiosidad por la isla de al lado, Irlanda. ¿Serán tan educados como los ingleses? ¿Valdrá todo tan caro como aquí? ¿Podremos salir sin abrigo? Esas eran muchas de las preguntas que, seguramente, todos nos hemos hecho estando aquí, y teníamos ganas de las respuestas.
Para celebrar y ponerle punto final a este Erasmus decidimos hacer un viaje a Dublín cuando hubiéremos acabado los exámenes y pudiéramos disfrutar verdaderamente de la experiencia, así que, cogimos los billetes e hicimos unas cuantas reservas. Hecho esto, un mes más tarde, estábamos de camino a otro país muy inglés: La República de Irlanda.
Lo primero en que pensé cuando llegamos fue en la tormenta que estaba cayendo "vaya... si es como Inglaterra", me dije; aún así, hubo otra cosa que me hizo mucha ilusión (dado a mi pasión por los idiomas) y fue el ver todos los carteles del aeropuerto en irlandés.
El irlandés forma parte del grupo céltico insular de las lenguas celtas y es tan diferente como curioso a la vista.
El primer día visitamos Dublín (o lo intentamos), ya que la lluvia constante nos hizo dejar algunas cosas para otro día. La National Gallery, el Museo de Historia Natural, los puentes... todo lo que veíamos tenía su encanto aún siendo inundado por la lluvia.
Comimos en un restaurante mongol muy peculiar: Mongolian Barbeque. Una especie de buffet donde podías elegir el acompañamiento que querías en tus noodles y los cocineros te lo hacían al instante. Es una opción perfecta para estudiantes o para los que no se quieren gastar mucho y comer bien, puesto que el plato es grande e incluye agua y un bol de arroz para acompañar la comida. El menú cuesta 8€. Esta es su página web donde podéis consultarlo: http://www.mongolianbbq.ie
Por la tarde y después de mucha mucha lluvia llegamos a una de las recomendaciones de otros Erasmus en Dublín: Dicey's Garden Club. Además conseguimos entrar gratis, cualquier bebida valía 2€ y era la "noche latina" así que nos sentimos como en casa.
Dormimos en el hostal que nos acogería estas dos noches. Lo reservamos por la conocida web para buscar hostales por todo el mundo (https://www.hostelworld.com) y se llamaba Mec Hostel. Se encontraba en la North Great Georges Street, al lado de la calle más famosa de Dublín: O'Donnell Street.
Al día siguiente empezaría mi día favorito de todo el viaje: la excursión a los acantilados de Moher (en inglés: Cliffs of Moher). Nos montamos en un bus de la agencia en la que lo habíamos reservado y la excursión consistía de 4h en autobús hasta los acantilados, 1h 45min para visitarlos, 1h para comer y 1h 45min para visitar un pueblecito de playa que había al lado. El guía nos mantuvo informados de curiosidades y hechos históricos del país, además de hacernos reír algunas veces con sus chistes malos y metiéndose con nuestro amigo Pepe, que como siempre, se lo tomaba todo bien.
Los acantilados son maravillosos. Me encantaría poder describir con palabras cómo me sentí al estar ahí arriba, con mis amigos y unas vistas que no olvidaré jamás. A pesar de ser muy turístico disfrutamos del entorno ya que el día nos salió soleado (lo que es muy raro en un país como la República de Irlanda).
El último día lo dedicamos a ver Dublín y a perdernos por sus calles. Con nuestra guía personal, Paula, y su Google Maps nos recorrimos todos los sitios relevantes que debíamos ver en esta interesante ciudad como el parque de San Stephen's Green, el Cross Ha'penny Bridge, el Temple Bar District y muchas calles importantes como la O'Donnell o la Dame Street.
Comimos en el Dicey's Garden Club que por el día es un bar agradable donde comer mucho y bien. Cogimos el menú de estudiantes que consistía en un plato a elegir entre los 3 que se ofertaban ese día + la guarnición y un refresco. El precio total fue 5€ así que es una opción más que razonable para comer cerca del centro.
Por la tarde, ya cansados del periplo, tomamos un café y con algunas complicaciones llegamos al aeropuerto donde volveríamos a nuestra casa.
MIS FAVORITOS DEL VIAJE:
Día: El segundo día, como ya he dicho antes, cuando visitamos los Acantilados de Moher.
Monumento: A parte de los acantilados, yo diría que el centro comercial Stephen's Green.
Comida: Noodles en el restaurante mongol.
Bebida: Birra Moretti en el Dicey's Garden Club.
Anécdota: Mi favorita del viaje tiene que ser el momento en el que nos damos cuenta de la lluvia que estaba cayendo (ya no era la lluvia finita a la que estamos acostumbrados en Inglaterra) y Belén y yo decidimos sacar una especie de "chubasquero" de plástico con el que parecíamos antenas parabólicas. Pese a que la gente nos miraba extraño, tuvimos que llevar esta "prenda" durante todo el día ya que la alternativa era directamente empaparse.
CONSEJOS:
-La República de Irlanda es cara, así que conviene mirar las mejores opciones para comer y salir antes de hacer el viaje para no caer en las típicas franquicias que, por ser una capital, aumentan su precio.
-Paraguas. Por mucho que os quieran cobrar en una tienda, vale la pena.
-No dedicarle a Dublín más de un día. Es una ciudad interesante y tiene monumentos que hay que ver, pero creo que lo bonito de Irlanda está fuera de las ciudades.
Para terminar, os dejo algunas fotos del viaje para que le "pongáis cara" a todo lo que acabo de contar.
¡Gracias por leerme! Nos vemos en la siguiente
Foto 1: Centro Comercial San Stephen's Green.
Foto 2: Yo en las Cliffs of Moher.
Foto 3: Cliffs of Moher.
Foto 4: O'Donnell Street.
Foto 5: Temple Bar District.
Foto 6: Playa de Doolin.
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